Partirse la caja

Es probable que pienses que eres único satisfaciendo a las mujeres, pero hay muchas posibilidades de que alguna de las mujeres con las que te has acostado no piensen lo mismo y te hayan comparado con algún tipo de animal de los que hablaremos más abajo. No te lo tomes a mal, esta clasificación es simplemente una guía que puede ayudarte a rectificar los errores que hayas podido cometer en la cama. Siempre hay tiempo para mejorar y no hay mejor tiempo que el presente para hacerlo. Fíjate bien y recapacita. ¿Qué tipo de amante eres?

El hombre que se enmarca en esta categoría es aquel que termina antes de que su chica pueda emitir algún sonido de placer. Este tipo de chicos se sobreexcitan demasiado y también son calificados como 'el de los tres empujones' o el 'hombre de los dos minutos'. Lo mejor: Si se da el caso, este tipo de hombres pueden hacerlo varias veces en una noche. Lo peor: Demasiado rápido para que la sesión sea realmente placentera. Solución: Aprende a ser paciente, amplía lo más que puedas los 'preámbulos' e intenta darle al menos uno o dos orgasmos a ella cada vez que los hagas.

Los hombres de esta categoría son tipos perezosos que piensan que con sólo estar tumbados es suficiente para que su chica se vuelva loca. Ella hace el trabajo sucio mientras "su tortuga" disfruta con la cabalgada. Lo mejor: La chica toma el control y es la dominante. Lo peor: Este tipo de hombres no toman la iniciativa nunca y piensan que la felación es un derecho como hombre. Solución: Convierte el sexo en un juego y permanece activo, no vale con tenderse y esperar a que la naturaleza siga su curso. ¡Ah! Y cunnilingus no es una ciudad de la India.

Aunque, este tipo es apreciado algunas veces, las mujeres pueden cansarse también de él. El 'osito de peluche' es aquel chico que es demasiado emocional y empalagoso cuando hace el amor. Y aunque esto está bien para algunas chicas, otras prefieren más agresividad en el acto. Lo mejor: Es afectuoso y juguetón. Lo peor: Él no permite que aparezca la bestia sexual que hay en su chica. Algunas veces, el osito derrama alguna lágrima porque, simplemente, la quiere demasiado. Solución: No hagas siempre lo mismo una y otra vez. Añade algo de sal a tu vida sexual comportándote de forma más dominante. Bésala apasionadamente, agárrale el pelo y maneja su cadera para que entre y salga de tu miembro.

Sí, el hombre bello que es todo lo que enseña y lo sabe. Es un intérprete que está como pez en el agua en su circo, junto a una asistente que permanece en la sombra. El egoísta que disfruta mirándose en el espejo mientras lo hace. Este tipo también incluye aquellos que piensan que tener un miembro descomunal es suficiente para que cualquier chica se vuelva loca. Lo mejor: Guapo y bien dotado, tiene más de medio éxito asegurado en la cama. Lo peor: Está tan ensimismado con él mismo que no tiene tiempo para reparar en los sentimientos de su compañera. Solución: Ya está bien de ser tan arrogante. No asumas que ella va a llegar al orgasmo simplemente porque está contigo. Préstale atención, explora su cuerpo, hazla sentir como si estuviera en la cumbre. Tú no eres todo en este mundo.

Algunos dicen que lo han visto, otros declaran haberlo tocado, pero no hay evidencias de que realmente existe. De hecho, son los amantes perfectos. Consiguen el punto justo de pasividad, agresividad, pasión, velocidad, ritmo y sensibilidad que haría perder la cabeza a cualquier chica. De hecho, muchas creen que no existe. Pero sí, algunos hombres nacieron para ser grandes amantes. Lo mejor: Son perfectos. Lo peor: Nada. Solución: Todos los hombres deberíamos convertirnos en grandes amantes no sólo por nuestras habilidades físicas, sino por que somos capaces de aprender sobre los poderes del tacto, el sabor, los sonidos, los olores, la vista y el espíritu.

Un consejo: deja de pensar sólo en el objetivo e intenta mirar el escenario como un todo. Incluso si estás con alguien eventualmente, intenta que se sienta como el oro mediante la apreciación de su cuerpo e intentando algún preámbulo más allá de un beso en la mejilla o algún dedo dentro de ella. Intenta ser espontáneo y creativo, y trata de que la cosa dure un poquito más que tu propia satisfacción.